
LECTURA

Los secretos de mi abuelo sapo de Keiko Kasza
El gato Vladimir
Como todas las mañanas de invierno el gatito Vladimir está asomado a la ventana ¡Es un minino muy curioso! Le encanta ver nevar sobre los tejados y a los niños jugando sobre el parque cubierto de blanco. A través del cristal escucha sus risas y se entretiene observando cómo hacen divertidos y rechonchos muñecos de nieve.
Con sus manitas protegidas con guantes de lana, los pequeños forman dos bolas: una grande para el cuerpo y otra más pequeña para la cabeza. Después, le ponen botones en la tripa y dos piedras redonditas en el lugar de los ojos. La nariz es una zanahoria larguirucha y dos palitos son los brazos. Una niña pelirroja se quita la bufanda y la enrosca en el cuello del pasmado muñeco. En su cabeza, ponen un gorro de lana de tres alegres colores ¡Le queda pequeño pero muy gracioso!
Los niños aplauden cuando ven el resultado. Hacen un corro y dan vueltas alrededor de él mientras cantan canciones.
Vladimir bosteza y piensa en lo resbaladiza y fría que debe estar esa nieve. Se aleja de la ventana y se tumba en su suave y calentito cojín junto al radiador, satisfecho de vivir en una casa tan confortable.
El sol
Muchas noches, sobre todo en verano, podemos ver el cielo lleno de luces que brillan en la oscuridad. Son las estrellas.
El Sol es una estrella, aunque como puedes comprobar, parece bastante más grande que las demás. Esto es porque el Sol está mucho más cerca de la Tierra y por eso a nosotros nos parece que su tamaño es mayor.
El Sol es una enorme fuente de energía. Los seres humanos, los animales y las plantas, necesitamos la luz y el calor del Sol para existir. Sin el Sol, no sería posible la vida en el planeta Tierra.
El corazón
Si pones la manita sobre la parte izquierda de tu pecho sentirás que hay algo dentro de ti que se mueve y hace pum – pum ¿Sabes de qué se trata? Sí, claro que lo sabes: el corazón.
El corazón es un músculo bastante pequeño, más o menos del tamaño de tu puño. Se encuentra situado dentro del tórax y entre dos órganos que nos permiten respirar que se llaman pulmones.
El corazón cumple una misión importantísima: bombea la sangre para que circule por todo el cuerpo. Cada vez que late la impulsa por las arterias y las venas.
El corazón es algo así como un motor que trabaja día y noche sin descanso para que la sangre siempre esté en movimiento.
El leopardo
El leopardo es un precioso animal que pertenece a la familia de los grandes felinos. Su pelaje es de color amarillo salpicado con manchas negras. Cuando su pelo es totalmente oscuro, se le conoce con el nombre de pantera.
Los leopardos son capaces de vivir en lugares muy diferentes, como en los bosques, en las montañas, en zonas casi desérticas… ¡Se adaptan a casi todo!
Son animales muy fuertes, ágiles y flexibles. Pasan gran parte de su tiempo subidos a los árboles. Allí no sólo descansan, sino que desde las alturas vigilan a sus posibles presas y saltan sobre ellas en un abrir y cerrar de ojos en cuanto tienen la oportunidad. Suelen cazar en la oscuridad de la noche.
El leopardo se alimenta de monos, conejos, ciervos y otros muchos animales, tanto grandes como pequeños. Sus patas son muy robustas y tiene unas mandíbulas tan potentes que es capaz de sujetar con ellas a sus presas y transportarlas hasta las ramas del árbol con la boca. Allí arriba guarda la comida durante días asegurándose de que esté a salvo y nadie le robe el botín.
Es un animal tan inteligente y tiene tan perfeccionado su sistema de caza, que es capaz de hacerse el dormido para que otros animales más inocentes y curiosos se acerquen y saltar sobre ellos cuando los tiene al lado. También es un buen nadador e incluso puede llegar a pescar peces.
Hay quien confunde el leopardo con el guepardo por su parecido pelaje a manchas, pero son animales diferentes. El leopardo es más grande pero en cambio, el guepardo es más veloz.
La búsqueda del tesoro perdido

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Este juego es similar al del escondite. Los niños siempre sienten curiosidad por descubrir cosas, y qué objeto más sorprendente para descubrir que un auténtico tesoro pirata.
El adulto deberá preparar, con rollos de papel higiénico, cajas, fichas de cartulina y objetos varios, el sarcófago de un tesoro que esconderá por algún lugar del aula o del patio. A lo largo del espacio el coordinador de la actividad colocará en unas cartulinas las instrucciones (preferiblemente en forma de dibujos más que por escrito) de donde se encuentra la siguiente cartulina.
Cada cartulina llevará a otra hasta llegar a donde se encuentra el tesoro perdido.
La clave de esto es que los niños aprendan a colaborar juntos, descifrando los jeroglíficos que el adulto ha dibujado en los papeles, para que, haciendo uso de su inteligencia y poniéndose de acuerdo en lo que significan, acaben logrando encontrar el tesoro.